miércoles, 19 de marzo de 2008

21/02 _ de cómo la casualidad llega a la vida creativa a lomos de un caballo blanco y de todo lo que acontecerá a nuestra heroína al hacerse a la idea

he sido ARQUITECTA.

pensaba lo que quería y buscaba medios para hacerlo. se trata, casi, de una disposición mental de certidumbre sin la cual no puedo trabajar. lineal en la clarividencia del proceso: puede ramificarse en intereses, pero siempre son míos, así que sé con lo que estoy trabajando. siempre sé lo que estoy haciendo, y para qué. no hay escapatoria.

el caballo blanco se llama andrés perea con sus palabras de hoy, y la casualidad la entiendo como una especie de dadaísmo. enunciado: "haz un proyecto con (previo cuchillo en el diccionario) retoño, riñón, risa, ristra y (señorita, acérquese un momento y díganos su lugar favorito) torrevieja".

sé que en realidad se refiere a tener una experiencia material previa a todo el análisis que conlleva un proyecto; en realidad, sería más bien volcar unas intenciones puras, se ajusten o no a NADA, sobre esa experiencia. claro que para eso, de nuevo, de sobreentiende cierta intencionalidad involuntaria casi; si no el juego no tiene utilidad....
o podría?

me propongo explotar la incertidumbre al máximo.
tomaré realidades transformables sin calibrar su potencial.
tendré intenciones al azar (jugaré sin querer algo de papel en ello)
las aplicaré a las realidades. tendrán que ver bajo mi óptica.
desarrollaré los prototipos independientemente.
en algún punto de mi subconsciente, todas las líneas confluirán porque yo soy yo, y sólo yo tengo mis obsesiones.


creo que es la única manera de no atarme a los objetos y de gestionar la incertidumbre.




**y de nuevo tenemos una bonita lista de la compra con los pasos a seguir. sólo yo soy yo y blah blah...



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